Texto: Paola Quispe, coordinadora del proyecto «Warmis, guardianas del agua» 

Más de 30 mujeres líderes de cuatro comunidades ubicadas en el municipio de Huarina, a orillas del Lago Titicaca, se unieron para conformar el proyecto “Warmis, guardianas del agua” con el fin de hacer frente al desabastecimiento del recurso hídrico.

El objetivo de esta iniciativa, que inició en agosto de este 2023, es visibilizar la drástica disminución del agua en su localidad; pero, también, buscan generar espacios de negociación entre mujeres líderes de las comunidades y la academia, instituciones gubernamentales y no gubernamentales para encontrar soluciones conjuntas.

El proyecto es liderado por la Red de Monitoreo y Defensa de los Derechos Medioambientales y Derechos de los Pueblos Indígenas y el Pueblo Afroboliviano (REDAMPIC), en coordinación con el Gobierno Autónomo Municipal de Huarina. Además, fue ganador de la convocatoria de la Fundación Socioambiental Semilla y el programa Global Alliance for Green and Gender Action (GAGGA, por sus siglas en inglés).

Mujeres de Huarina participando del taller «Cambio climático en relación al abastecimiento de agua». Fotografía: Paola Quispe

El alcalde de Huarina, Wison Mamani Ali, dijo que desde la gestión pasada se detectó la escasez de agua en distintas comunidades, lo que genera una preocupación constante.

“Recientemente hemos tenido un problema en el pueblo de Huarina por fugas de agua en tuberías. Hemos estado, una semana y más, sin agua, y varias comunidades, más del 50%, no tienen agua potable, (por ejemplo) en Tairo, Quimsachata, Apuvillqui, Utavi – Huarina”, declaró. 

La autoridad también mostró su inquietud sobre el bajo nivel del agua en el lago Titicaca y las poblaciones ribereñas, y las dificultades que conlleva el cambio climático para el altiplano. En Huarina, las fuentes de agua han disminuido debido al cambio climático y a un deficiente almacenamiento del líquido elemento.

Una dirigente de Huarina, Maria Aquise, manifestó que los tanques construidos hace más de 10 años siguen en funcionamiento, mientras que los nuevos ya tienen fugas. “En las viviendas que no tienen conexión a la red de agua potable se requiere filtros de agua. El agua de lluvia se recolecta en los techos de calaminas y en barriles de metal”, informó.

Asimismo, lamentó que en las comunidades, los pobladores de la tercera edad prefieran dar de beber a su ganado que a sí mismos.

“La situación está cada vez peor. No tenemos agua para regar a nuestros sembradíos de papa y preferimos dar agua a nuestras vaquitas para que no se nos mueran de sed. ¿Luego con qué vamos a vivir?”, corroboró otra comunaria de la Isla Cojata, Leandra Chambi.

Mujeres de Huarina participando del taller «Cambio climático en relación al abastecimiento de agua». Fotografía: Paola Quispe

En esta localidad se cuenta con un ojo de agua superficial que no abastece a todos los pobladores de la zona.

En la comunidad de Vila Qullu, entre julio a septiembre, el agua escasea por las heladas, tanto en la montaña como en la laguna, debido a la disminución del caudal del río Japa Jahuira, de acuerdo con el Informe Respecto a la Situación del Agua de Huarina (2022).

El problema de disminución de agua afecta especialmente a las comunidades que no colindan con ríos cercanos o no cuentan con vertientes, a pesar de haber realizado varias excavaciones. Este es el caso de la comunidad Tairo, donde los lugareños son, en su mayoría, adultos mayores, toda vez que la “mala”producción de sus parcelas provocó que los jóvenes migraran a la ciudad de El Alto o al exterior en búsqueda de nuevas y mejores oportunidades económicas.

Mujeres de Huarina participando del taller «Cambio climático en relación al abastecimiento de agua». Fotografía: Paola Quispe

En noviembre se prevé mostrar los resultados del proyecto “Warmis, guardianas del agua”, producto de los espacios de diálogo y de las negociaciones. A su vez, se realizará una exhibición de los videos que crearán las mujeres líderes de las comunidades El Tario, Quinsachata, Apuvillqui y Utavi Huarina, enfocados al estado del agua del municipio de Huarina.

Sobre GAGGA y la Fundación Socioambiental Semilla:
La Global Alliance for Green and Gender Action (GAGGA), es un consorcio liderado por el Fondo Centroamericano de Mujeres con sede en Nicaragua, junto a sus socios Both ENDS, una ONG que trabaja en la justicia ambiental a nivel mundial y Mama Cash, un fondo de mujeres con incidencia mundial; ambas con sede en los Países Bajos. GAGGA es una red dinámica donde participan Fondos de mujeres, Fondos Socioambientales, Organizaciones No Gubernamentales (ONG) y Organizaciones de Base Comunitaria (OBC) lideradas por mujeres.

La Fundación Socioambiental Semilla es una organización fundada el año 2018, con la misión de apoyar soluciones de los grupos de base y comunidades en Bolivia, para que contribuyan a fortalecer su capacidad de promover la conservación ambiental y producción sostenible de sus ecosistemas.

Desde el año 2020, la Fundación Socioambiental Semilla ha proporcionado apoyo a más de 44 proyectos de comunidades locales, movimientos ambientales, redes y articulaciones, organizaciones de base y organizaciones medianas y pequeñas, a través de contribuciones financieras que apoyen soluciones que busquen mejorar la sustentabilidad de los ecosistemas.

Fotografía de Portada: Mujeres de Huarina participando del taller «Cambio climático en relación al abastecimiento de agua». Por Paola Quispe