En las tierras bajas de Bolivia, al jaguar (Panthera onca) se le conoce como tigre. Pero este no es solo un nombre: es una presencia viva que se mantiene por medio de mitos, leyendas y relatos que forman parte de la cultura de los pueblos indígenas chiquitanos y expresan su vínculo con los seres y la naturaleza.

Sin embargo, ese mismo tigre, guardián de los bosques, está en peligro. La deforestación, los incendios forestales, la expansión de la frontera agrícola, el cambio de uso de suelo, los asentamientos no planificados y la crisis climática están destruyendo su hogar.

Este majestuoso animal es símbolo de un ecosistema saludable. Sin embargo, las presiones sobre su territorio, que disminuyen la disponibilidad de sus presas, han hecho que este se acerque a las comunidades y se registren ataques a su ganado, animales domésticos y algunos encuentros con comunarios que ponen en peligro la convivencia histórica entre estos pueblos y el felino.

El arte como símbolo de conservación del jaguar

Inspirados por su rol y vulnerabilidad, los Jóvenes Chiquitanos Unidos por el Medio Ambiente (JUMA) con el soporte institucional de APCOB, han dado vida a una obra de teatro que está conmoviendo corazones y despertando conciencias: “La Casa del Tigre“.

Danza tradicional chiquitana durante la presentación de «La Casa del Tigre». Foto: APCOB / JUMA

La iniciativa, que fue apoyada por el Programa para la Coexistencia entre el Jaguar y la Comunidad de la Fundación Socioambiental Semilla en alianza con ISA Bolivia, nació de la inspiración del proyecto de WWF Bolivia sobre conservación comunitaria del jaguar en la Chiquitanía Norte. En 2024, se apoyaron 3 proyectos que son parte esencial de los esfuerzos de conservación de las comunidades chiquitanas.

La obra ya ha recorrido más de ocho escenarios, llevando su mensaje a comunidades indígenas como Candelaria, Madrecita, Río Blanco, Palmarito de la Frontera, Cosorio Palestina, San Andrés, Monte Cristo y espacios emblemáticos como la plaza principal de Concepción, donde se presentó ante autoridades locales y vecinos de la región.

“La Casa del Trigre“ es una experiencia cultural y comunitaria que incorpora música, leyendas y mitos de la cultura chiquitana, con un mensaje de convivencia y conservación del jaguar y su hábitat. Foto: APCOB / JUMA

De las funciones no solo han nacido reflexiones sobre la relación de igualdad entre las personas, el bosque y el tigre, un concepto rescatado de las tradiciones de sus abuelos, sino que las comunidades han generado propuestas para prevenir encuentros con el tigre y evitar conflictos.

Financiar las soluciones locales para maximizar el impacto

Propuestas como esta nacen del compromiso de los jóvenes que sienten que la protección del bosque es una tarea colectiva y necesaria. Para Ronaldo Soliz, joven actor y miembro activo de JUMA, el arte ha resultado una herramienta eficaz para visibilizar los desafíos que enfrenta su territorio. “Sentí la necesidad de poder mostrar lo que estaba pasando con nuestro bosque y nuestra fauna, y también promover nuestra cultura. Es importante que la sociedad tome conciencia sobre el cuidado de nuestra naturaleza, y que entiendan que está vinculado con los quehaceres de nuestra cultura y nuestras comunidades”.

Durante el montaje de la obra, las comunidades de la zona sufrieron los impactos inmediatos de incendios forestales que durante más de cuatro meses devoraron más de 12,6 millones de hectáreas de bosque y pastizales. Esta emergencia rafirmó el valor de “La Casa del Tigre“, mismo que se expresó en los espacios de conversación de las presentaciones en las comunidades.

Según relata, Polonia Supepí, de la comunidad Río Blanco: “Mi comunidad y yo estuvimos en la primera línea contra el fuego. Nos tocó ver a los animales escapar de las llamas y algunos morir en el intento. Aunque no registramos ningún tigre muerto, sospechamos que se acercarán en busca de agua o comida, ya que los incendios han afectado su alimentación”.

Elenco de «La Casa de Tigre» en la presentación de la obra en la comunidad Candelaria. Foto: APCOB / JUMA

Mientras las presiones crecen en los biomas más importantes, las comunidades y grupos de base se organizan, comparten, reflexionan y generan respuestas colectivas para defender la vida. Sus ideas dan forma a soluciones reales que optimizan recursos. Para apoyar estos esfuerzos, desde 2020, Fundación Socioambiental Semilla ha brindado apoyo financiero a 277 grupos que están generando soluciones ambientales en sus territorios en Bolivia.

Elenco de La Casa del Tigre
Ronaldo S.T., Carlos Jesús, Gerardo, Yimi, Ada, Laura, Eliane, Jessabeth, Damián, Esmeralda, Samira y Ronaldito.

Elaborado con datos de WWF Bolivia. Ver artículo original.