La población del municipio de Huarina, en el departamento de La Paz, Bolivia, sufre las consecuencias del cambio climático, debido a la disminución del agua en su localidad. Pese a que la comunidad está situada a orillas del Lago Titicaca, más del 50% de las comunidades aledañas, carecen de acceso al agua potable, como ser: Tairo, Quimsachata, Apuvillqui, Utavi Huarina y otras comunidades cercanas que sufren de escasez y condiciones precarias de acceso al recurso hídrico.

La situación es tan drástica, que los adultos prefieren dar de beber a su ganado, en vez de usarla para sí mismos. Existen unidades educativas sin acceso al agua, lo que repercute en la higiene y la alimentación de los más pequeños. Los sembradíos también han sido afectados por la falta de agua y las vacas mueren a falta del líquido vital.

Las mujeres de las comunidades indígenas tomaron la iniciativa de organizarse para liderar un proyecto en defensa del agua denominado “Warmis, guardianas del agua”, con el objetivo de generar acciones que tengan incidencia en la gestión del agua, fortaleciendo el liderazgo femenino y visibilizando la crítica situación de escasez de agua frente a las instancias gubernamentales y no gubernamentales.

“Warmis” en el idioma quechua significa “mujeres”, siendo ellas las protagonistas de este proyecto, debido a la falta de acción de las autoridades en los últimos años. Las “warmis” han fortalecido sus habilidades y adquirieron formación y nuevos conocimientos para el empoderamiento y liderazgo femenino y la incidencia social frente a las autoridades. El proyecto también contempla la instalación de tanques para la cosecha del agua y el uso eficiente en sistemas de riego y actividades que optimicen el recurso líquido y les ayuden a generar fuentes de ingreso económico.

Las mujeres de Huarina lograron gestionar e instalar tanques para la reserva y gestión eficiente del agua. Por este motivo, las warmis, guardianas del agua, exigen a las autoridades garantizar su derecho de acceso al agua y mejorar las condiciones para que puedan realizar sus actividades de agricultura, ganadería y saberes ancestrales, haciendo un uso y gestión eficiente del agua y mitigando el impacto del cambio climático.